martes, 11 de agosto de 2009

La sonrisa de mi hijo.


Cuando ya estaba contando las horas para irme de vacaciones, ! bumba ! la situación cambia drásticamente y hasta el día 31 no me podré mover de aquí. Está claro que no se pueden hacer planes .El mazazo ha sido considerable pues , este año especialmente, tenía unas ganas tremendas de irme con mi mujercita y mi pequeño a descansar a la playa.

Pero , a pesar del mal rato pasado al enterarme del cambio de planes, el contemplar la sonrisa de mi hijo me da una felicidad y una plenitud que muy pocas cosas pueden hacer que me sienta abatido.

Luis Carlos Arias Palomares

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